El oxígeno que queda en el espacio vacío de la botella en un principio apaga el sabor del vino y luego lo oxida. En la nevera pierde su encanto a los dos o tres días, por lo cual es el momento de acabarlo o de emplearlo para cocinar. Existen dispositivos para sacar el aire de la botella o para inyectar gas inerte que desplace el aire. El primer dispositivo a veces también se lleva elementos aromáticos o funciona de manera incompleta. El segundo aparato, el de la inyección de gas, no agrada a algunos conocedores del tema.
Publicado en: vimeo.com/37904456
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